viernes, 1 de julio de 2011

.

Gritamos con la rabia del cielo, nos empapamos hasta los huesos y nuestras gotas salpican en el suelo, miro hacia arriba y echo de menos nuestra saliva, nuestro sudor, formando charcos, espejos en movimiento de nuestro instinto, aquí, en cualquier lugar, pero te necesito. Sí, amor, nunca supe cómo quitarme las ganas de estar bajo tu mismo cielo, de consumirte bajo la misma la luna y despertarme contigo por el mismo sol. Tenías tantas formas de acabar conmigo, amor... que a veces creí que moría de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi vida es mía y de nadie más

¿Quién ha dicho
que no puedo?, si quiero ahora mismo pongo mi canción favorita, tan alta como se pueda y empiezo a cantarla a gritos si eso me hace feliz, ahora mismo puedo desenamorarme, llamar a cualquier chico que conozca y finjir estar enamorada de él, ¿Quién me lo impide?, puedo comerme ahora una enorme tarrina de helado de chocolate y no sentirme culpable, fumarme uno tras otro los cigarros que quedan en mi cajetilla, puedo quedarme despierta hasta las cinco de la mañana si me apetece, ¿Quién va a ser capaz de juzgarme?, puedo ponerme un vestido más corto de lo permitido y parecer una princesa, y bailar claqué en una calle alborotada de gente, sin música, sin saber bailar, sin importarme quién me mire, puedo ir a un parque sólo para sentir que vuelo en los columpios, para volver a mi infacia tan solo unos segundos, o ir al cine sólo para estar en la oscuridad y no sentirme sola, quedar con diez chicos a la misma hora y dejarlos a todos plantados por dar un paseo con mi perro, ¿Quién ha dicho que eso no es normal?, sinceramente prefiero hacer cosas fuera de lo normal, porque la palabra normal suena aburrida, ¿Quién ha dicho que no soy libre?, ¿Quién?, ¿Quién ha dicho que no puedo?