sábado, 10 de diciembre de 2011
Vamos ha romper las reglas, ¿Qué reglas?
Estamos diseñados para la juerga, es lo que toca. Y sí, algunos la palmarán de sobredosis o se quedarán de la olla, pero Charles Darwin dijo que no se puede hacer una tortilla sin romper algunos huevos. Y de eso va todo, de romper huevos. Y por huevos me refiero a volvernos locos como nunca. Si pudierais veros, me rompe el corazón: lleváis chaquetas de punto. Lo teníamos todo, y la hemos cagado más fuerte, y mejor que ninguna otra generación antes de la nuestra. Éramos preciosos. Somos un desastre. Soy un desastre y planeo serlo hasta los veintitantos, tal vez hasta los treinta y pocos.
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Mi vida es mía y de nadie más
¿Quién ha dicho
que no puedo?, si quiero ahora mismo pongo mi canción favorita, tan alta como se pueda y empiezo a cantarla a gritos si eso me hace feliz, ahora mismo puedo desenamorarme, llamar a cualquier chico que conozca y finjir estar enamorada de él, ¿Quién me lo impide?, puedo comerme ahora una enorme tarrina de helado de chocolate y no sentirme culpable, fumarme uno tras otro los cigarros que quedan en mi cajetilla, puedo quedarme despierta hasta las cinco de la mañana si me apetece, ¿Quién va a ser capaz de juzgarme?, puedo ponerme un vestido más corto de lo permitido y parecer una princesa, y bailar claqué en una calle alborotada de gente, sin música, sin saber bailar, sin importarme quién me mire, puedo ir a un parque sólo para sentir que vuelo en los columpios, para volver a mi infacia tan solo unos segundos, o ir al cine sólo para estar en la oscuridad y no sentirme sola, quedar con diez chicos a la misma hora y dejarlos a todos plantados por dar un paseo con mi perro, ¿Quién ha dicho que eso no es normal?, sinceramente prefiero hacer cosas fuera de lo normal, porque la palabra normal suena aburrida, ¿Quién ha dicho que no soy libre?, ¿Quién?, ¿Quién ha dicho que no puedo?
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