Noche de serenata, cuando suenan las campanas de La Madre Asunción, en tu salida y el cielo se ilumina, el aire huele a rosas y aparece nuestra Madre, la Virgen de los Dolores.
El corazón se encoge de emoción, con lágrimas de infinita alegría.
Esa cara guapa con tanto dolor, hace que esos minutos, parezcan un suspiro, un instante de amor, a los sones de su banda que desprende pasión.
Te alzo una promesa, te hago una petición, te doy las gracias por todo, desde lo más hondo de mi corazón, no puedo gritar viva, no me deja la emoción.
Nos mira con agradecimiento por tanto trabajo, esfuerzo e ilusión, por que luzcas hermosa, con puntadas de hilo, con flores de pasión. Noches duras de ensayo, de sacrificio y emoción, por llevar sobre sus hombros el peso del más grande amor.
Negros te acompañan, con gritos conmovidos, con temblores en la voz...
Viernes Santo que se aproxima.
Dolores en la salvación de los hombres. Amor a la Madre, a mi Virgen de los Dolores, la que siempre me ayuda y me acompaña.
¡Qué alegría por sentirte! ¡Qué delirio mirarte!
¡VIVA MI VIRGEN DE LOS DOLORES!
Viernes Santo que se aproxima.
Dolores en la salvación de los hombres. Amor a la Madre, a mi Virgen de los Dolores, la que siempre me ayuda y me acompaña.
¡Qué alegría por sentirte! ¡Qué delirio mirarte!
¡VIVA MI VIRGEN DE LOS DOLORES!
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