jueves, 17 de noviembre de 2011
¡Atención!
Damas y capullos: Cierren los oídos y tápense los ojos. Todo esto va como una cosa loca, sin control. Dicen que en este tablero hay una serie de reglas, pero yo veo que aquí las fichas se mueven como les da la gana. Según alguien que seguramente se dedicaba a ver películas americanas de navidad en las que todo el mundo es bueno, y les pasan cosas buenas y eran felices y comían patos, todo acción tenía una repercusión. Y, no. Esa no es la realidad. La realidad es saber que las normas no existen. Que alguien ,porque se esfuerce, no siempre va a tener su beneficio. Que a una persona buena no le van a tener que pasar cosas buenas por obligación, y viceversa. Que no te confundas, compañera, que aquí todo vale. No le salves el culo de alguien, porque seguramente los demás nunca salven el tuyo; y si lo encuentras, no lo dejes escapar, aunque va a ser difícil. Vivimos en un mundo en el que las personas solo piensan en ellos mismos y después, en ellos, y más tarde en ellos otra vez; y si luego les da por ahí, pueden que se preocupen del perro de la vecina.Porque ,amor, las reglas no están escritas. Pero tú puedes cambiarlas. Porque, que si aquí nada es justo, yo seré injusta. Si son unos cabrones, a mi a eso nadie me gana. Si quieren que juguemos, jugaremos con las mismas cartas.
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Mi vida es mía y de nadie más
¿Quién ha dicho
que no puedo?, si quiero ahora mismo pongo mi canción favorita, tan alta como se pueda y empiezo a cantarla a gritos si eso me hace feliz, ahora mismo puedo desenamorarme, llamar a cualquier chico que conozca y finjir estar enamorada de él, ¿Quién me lo impide?, puedo comerme ahora una enorme tarrina de helado de chocolate y no sentirme culpable, fumarme uno tras otro los cigarros que quedan en mi cajetilla, puedo quedarme despierta hasta las cinco de la mañana si me apetece, ¿Quién va a ser capaz de juzgarme?, puedo ponerme un vestido más corto de lo permitido y parecer una princesa, y bailar claqué en una calle alborotada de gente, sin música, sin saber bailar, sin importarme quién me mire, puedo ir a un parque sólo para sentir que vuelo en los columpios, para volver a mi infacia tan solo unos segundos, o ir al cine sólo para estar en la oscuridad y no sentirme sola, quedar con diez chicos a la misma hora y dejarlos a todos plantados por dar un paseo con mi perro, ¿Quién ha dicho que eso no es normal?, sinceramente prefiero hacer cosas fuera de lo normal, porque la palabra normal suena aburrida, ¿Quién ha dicho que no soy libre?, ¿Quién?, ¿Quién ha dicho que no puedo?
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